Está loco Noboa?

La duda es razonable y ya está en la calle. ¿Está loco Álvaro Noboa? ¿Qué pensaría de una persona que se arroja al suelo, reza padrenuestros, tira el dinero y se proclama héroe de Dios? Así es Álvaro Noboa. La pregunta la plantea ahora públicamente el diario Hoy, quien recuerda que Noboa llega incluso a atribuirse poderes de sanación. Ante estos hechos, Hoy plantea dos hipótesis: "La primera es que manipula los símbolos religiosos con fines electorales". "La segunda hipótesis es que Noboa está convencido de ser el héroe de Dios; que está enajenado de sí mismo, que ha desarrollado una fantasía psicológica por la cual cree efectivamente encontrarse en contacto con Dios". Podríamos añadir una tercera posibilidad: que Noboa se encuentre bajo el efecto de medicamentos que afectan a su capacidad. El escenario, tal y como lo explica el periódico, es preocupante: "Las dos hipótesis son alarmantes: o estamos frente a un político sin escrúpulos morales o ante un personaje fuera de sí, enajenado, capaz de justificar en el futuro cualquier acto en nombre de una misión superior".

La posibilidad del trastorno mental no se puede descartar. No se puede olvidar que el propio Álvaro Noboa puso en duda la capacidad mental de su propio padre días antes de la muerte del mismo. Así lo demuestra la carta que, el 11 de agosto de 1993, remitía al Cónsul General del Ecuador en Nueva York, en la que señalaba que el multimillonario estaba "atravesando un estado de bajo contaje de los elementos de su sangre (low blood count) que le deprime y le cansa sobremanera, como consecuencia de la quimioterapia que le están administrando por su cáncer". Ante esta situación, Álvaro indicaba que "por este motivo ningún documento que firme ante ustedes o cualquier decisión que él tome en estos momentos no tendrá validez legal bajo estas circunstancias".

Hay precedentes cercanos en la historia del Ecuador como para inquietarse gravemente por esta situación. Nadie puede olvidar que el Congreso Nacional, por el voto de 44 diputados, declaró la incapacidad mental de Abdalá Bucaram para gobernar el país. El comportamiento de Álvaro Noboa, aunque sea fingido, podría servir en el futuro al Parlamento como excusa para sacarlo de la Presidencia, en el caso de que la alcanzara el próximo 26 de noviembre.

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