El Mudo Habla - Alvaro Noboa Ponton

domingo, octubre 29, 2006

Nece(si)dades

Belén Andrade / El Mercurio

La obsesión de "Niño de oro" es poseer el regalo que no tuvo; él
quería un país, todo el mapa de un país y se lo pidió a papi; un reino
con ciudades, montañas, selva y mar, y habitantes de colores; papi le
regaló un mapa grande y una bicicleta pequeña; desde entonces quiere
comprárselo a la gente de colores, los propietarios, no le importa que
no esté en venta. Promete casa propia por menos que un arriendo pero
los más de la mitad son pobres y buena parte, indigentes, todos en la
desocupación, aunque les digan "subempleados", cientos de miles de
mujeres y hombres de toda edad, con el hambre pegada a la piel y
recreando cualquier oficio para sobrevivir, no serán dueños de casa,
aunque las prometa el heredero sin reino.

Tampoco aquellos con trabajo estable y salarios de vergüenza; los de
más arriba bajando a la carrera, peor aún, acosados por las deudas,
carcoma de esperanzas; el mini grupo elite es el único que no piensa
para gastar ni piensa en el abismo que le separa de la mayoría. El
comprador insiste, formulario en el partido le asegura casa, dinero
para empresa, lluvia de avena y silla de ruedas, si se ofrece; si al
fin se compra el país, habrá adquirido el trono a precio de humillar
al hambriento, impondrá la voluntad de un socio indeseable y su reino
durará hasta que los propietarios despierten; si están insomnes y no
se venden, el Niño de oro, seguirá buscando el juguete que papi no le
compró.