El Mudo Habla - Alvaro Noboa Ponton

sábado, octubre 28, 2006

Dolarización: 300 mil viviendas

Por Fernando Carrión M. / Diario HOY

El candidato Álvaro Noboa ha ofrecido construir 300 mil viviendas al
año; esto es, 1 200 000 mil unidades habitacionales a lo largo de los
cuatro años que dura su período. ¿Qué implicaciones tiene esta oferta?
¿Es factible construir esta magnitud? ¿Qué efectos tendrá en la
economía?

En términos económicos un proyecto de esta envergadura requerirá de
una inversión no menor a los $2 000 millones al año. ¿De dónde se
obtendrán estos recursos y bajo qué condiciones?
En una entrevista concedida a Diario HOY el 23 de octubre pasado por
el chileno Pablo Longueira, fundador del partido UDI de Chile, que
tiene una posición de derecha, él sostiene explícitamente que: "Ningún
país latinoamericano puede ofrecer esa propuesta habitacional" como
esa y que ella "es absolutamente inviable". Pero el tema no queda
allí: la derecha ecuatoriana le ha endilgado al candidato Rafael
Correa el sembrar la incertidumbre respecto de la continuación o no
del modelo de dolarización vigente en el país. Pero nadie se ha dado
cuenta de que una propuesta como esta de construir 300 mil viviendas
de manera "demagógica" -en palabras de Longuiera- es una oferta que
puede poner en riesgo el modelo de dolarización implantado en el país.

Obtener $2 000 millones al año es difícil de conseguirlo porque el
país no cuenta con esa liquidez, lo cual significará un crecimiento
importante de la deuda externa. Sin embargo, si fuera posible contar
con estos recursos, ello produciría una inyección de gasto público
superior al 25% del total del presupuesto nacional, con lo cual la
inflación se dispararía de manera incontenible.

Adicionalmente habría que tener en cuenta los factores especulativos
de una oferta como la señalada. Por ejemplo, en términos del suelo
urbano se requerirían no menos de 21 millones de metros cuadrados de
terreno por año. El simple hecho de anunciar un plan de estas
características hará que los precios del suelo de multipliquen y
empiecen a producir un efecto en cascada de incremento del precio
final de la vivienda, de los alquileres, de la vivienda existente y de
los impuestos prediales, entre otros. Y la situación no queda allí:
para construir este volumen de vivienda se requiere cerca de 40
millones de sacos de cemento. La producción nacional es de 90 millones
al año, pero de ellos el 94% se destina a la obra pública de caminos,
represas, puentes, diques, etc. Eso significa que se debería parar la
obra pública para destinar este insumo a la vivienda o, en su defecto,
importar del exterior con el incremento de costos. Y este ejemplo del
cemento se multiplica en cada uno de los rubros que requiere la
industria de la construcción: hierro, vidrio, madera, plomería y
demás. En otras palabras, una inyección de un día para otro, de más de
$2 000 millones frescos a la economía, la especulación del suelo e
inmobiliaria, el incremento de los precios en los insumos y la
expansión de la demanda generarían un proceso inflacionario difícil de
ser sostenido con el modelo dolarizado que tiene el país. ¿Cuál de los
dos candidatos minará la dolarización: Correa con su discurso o Noboa
con los hechos?