Hagamos promesa solemne
¡Hagamos promesa solemne! por Francisco Arellano Raffo
http://www.telegrafo.com.ec/noticia.aspx?d=2&p=11&n=108
Los resultados de las elecciones del 15 de Octubre demuestran, de manera muy clara, la pobreza moral y falta de sensatez que está viviendo la república en los actuales momentos. Cómo puede haber, por un lado, casi el treinta por ciento de votos nulos para diputados, y por otro lado, estar en la segunda vuelta el único candidato presidencial que de manera expresa ha dicho que no realizará acción alguna para cambiar la manera de conformar el congreso.
La momentánea felicidad que experimentan las masas necesitadas de trabajo, salud, y educación, ante el ofrecimiento de casa propia que les ha hecho el caprichoso obseso que estúpidamente cree puede comprarse la presidencia, les dificulta hacerse las más elementales preguntas. Dónde las hará; cuánto cobrará; cómo las financiará; en qué tiempo las entregará; quiénes serán los primeros beneficiarios.
Este ofrecimiento, más que demagogia, más que infame tomadura de pelo, es un crimen contra la solidaridad humana, por lo que debería ser sancionado. Muy aparte de que ese ofrecimiento de campaña elevó inmediatamente en un quince por ciento el valor de los materiales de construcción, es importante aclarar que no existe en ninguna ciudad del país con déficit habitacional, los predios disponibles sobre los cuales levantar las trescientas mil soluciones habitacionales anuales. Sencillamente, no los hay.
Ese patibulario candidato que está haciendo descender al quehacer político por los últimos peldaños de la abyección, tiene como asesor de imagen, o como quiera que sea el nombre del cargo que desempeña, a un sacerdote católico que repudió sus votos de pobreza y de celibato.
Este cura escapado, ha expresado de manera petulante y triunfalista, que en la segunda vuelta se continuará con la misma estrategia (?) empleada en la primera, "debido a que le ha dado excelentes resultados".
Es decir, el pusilánime continuará sin presentar alguna propuesta seria de gobernabilidad; seguirá asfixiando con las ridículas escenas de sus muy publicitadas obritas de caridad, que sólo sirven para ofender y denigrar a quien las recibe; y continuará haciendo demostraciones de su raquítica capacidad de chispa, que sólo hace reír a él mismo.
Tenemos un mes para cansarnos de observar al heredero con suerte, entregando en persona y con horrible mueca que quiere ser sonrisa, tarrinitas de manteca vegetal y funditas de harina de trigo, en panaderías de barrios periféricos, previamente señaladas. Un mes, para aturdirnos tratando de adivinar el sentido de sus frases que tengan más de quince palabras, ya que cambia los tiempos de los verbos, confunde el género de los sustantivos, y usa arbitraria-mente las preposiciones. Un mes, para que desaparezca nuestra capacidad de asombro, ante las perlas de brutalidad que produce sin mostrar cansancio: "Yo hago encuestas de carne y hueso"; "Se nota que el candidato (Rafael Correa) no sabe Economía, porque las cuentas deben cuadrar".
Qué lastima me produce el pobrecito heredero. Por qué mejor no hace encuestas de cartón prensado, o de papel periódico, que de seguro le costarán menos que las de "carne y hueso". Por qué no tiene un asesor que le enseñe la diferencia existente entre Economía y Contabilidad.
Con la fortaleza y la prontitud de quien entiende el peligro de la circunstancia histórica que vive la patria, Rafael Correa ha logrado revalidar las esperanzas de quienes creemos posible construir ahora
mismo un país próspero, solidario, y respetable. Cada uno de quienes todavía sentimos orgullo de ser ecuatorianos, debemos hacer promesa solemne a nuestra más pura y genuina identidad nacional, de no malgastar el voto, poniendo como testigos a los prehumanos y gloriosos espíritus de la libertad, la honra, y la inteligencia.
-----------------http://kachariy.blogspot.com
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Los resultados de las elecciones del 15 de Octubre demuestran, de manera muy clara, la pobreza moral y falta de sensatez que está viviendo la república en los actuales momentos. Cómo puede haber, por un lado, casi el treinta por ciento de votos nulos para diputados, y por otro lado, estar en la segunda vuelta el único candidato presidencial que de manera expresa ha dicho que no realizará acción alguna para cambiar la manera de conformar el congreso.
La momentánea felicidad que experimentan las masas necesitadas de trabajo, salud, y educación, ante el ofrecimiento de casa propia que les ha hecho el caprichoso obseso que estúpidamente cree puede comprarse la presidencia, les dificulta hacerse las más elementales preguntas. Dónde las hará; cuánto cobrará; cómo las financiará; en qué tiempo las entregará; quiénes serán los primeros beneficiarios.
Este ofrecimiento, más que demagogia, más que infame tomadura de pelo, es un crimen contra la solidaridad humana, por lo que debería ser sancionado. Muy aparte de que ese ofrecimiento de campaña elevó inmediatamente en un quince por ciento el valor de los materiales de construcción, es importante aclarar que no existe en ninguna ciudad del país con déficit habitacional, los predios disponibles sobre los cuales levantar las trescientas mil soluciones habitacionales anuales. Sencillamente, no los hay.
Ese patibulario candidato que está haciendo descender al quehacer político por los últimos peldaños de la abyección, tiene como asesor de imagen, o como quiera que sea el nombre del cargo que desempeña, a un sacerdote católico que repudió sus votos de pobreza y de celibato.
Este cura escapado, ha expresado de manera petulante y triunfalista, que en la segunda vuelta se continuará con la misma estrategia (?) empleada en la primera, "debido a que le ha dado excelentes resultados".
Es decir, el pusilánime continuará sin presentar alguna propuesta seria de gobernabilidad; seguirá asfixiando con las ridículas escenas de sus muy publicitadas obritas de caridad, que sólo sirven para ofender y denigrar a quien las recibe; y continuará haciendo demostraciones de su raquítica capacidad de chispa, que sólo hace reír a él mismo.
Tenemos un mes para cansarnos de observar al heredero con suerte, entregando en persona y con horrible mueca que quiere ser sonrisa, tarrinitas de manteca vegetal y funditas de harina de trigo, en panaderías de barrios periféricos, previamente señaladas. Un mes, para aturdirnos tratando de adivinar el sentido de sus frases que tengan más de quince palabras, ya que cambia los tiempos de los verbos, confunde el género de los sustantivos, y usa arbitraria-mente las preposiciones. Un mes, para que desaparezca nuestra capacidad de asombro, ante las perlas de brutalidad que produce sin mostrar cansancio: "Yo hago encuestas de carne y hueso"; "Se nota que el candidato (Rafael Correa) no sabe Economía, porque las cuentas deben cuadrar".
Qué lastima me produce el pobrecito heredero. Por qué mejor no hace encuestas de cartón prensado, o de papel periódico, que de seguro le costarán menos que las de "carne y hueso". Por qué no tiene un asesor que le enseñe la diferencia existente entre Economía y Contabilidad.
Con la fortaleza y la prontitud de quien entiende el peligro de la circunstancia histórica que vive la patria, Rafael Correa ha logrado revalidar las esperanzas de quienes creemos posible construir ahora
mismo un país próspero, solidario, y respetable. Cada uno de quienes todavía sentimos orgullo de ser ecuatorianos, debemos hacer promesa solemne a nuestra más pura y genuina identidad nacional, de no malgastar el voto, poniendo como testigos a los prehumanos y gloriosos espíritus de la libertad, la honra, y la inteligencia.
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6:09 p. m.
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