Cinco mitos sobre Noboa
Primer mito. "Como tiene tanta plata, no va a robar". Esta afirmación es un gran mito y una enorme mentira. La historia nos ha enseñado que la avaricia no se detiene. Los que tienen mucho dinero siempre quieren más. Noboa, además, no tuvo ningún empacho en robustecer su fortuna, incluso perjudicando a su familia. ¿Cuál será, entonces, su comportamiento con el país? No nos olvidemos que luego de tres millonarias campañas electorales, su aspiración será recuperar su inversión ? con utilidades.
Segundo mito: "Es un empresario exitoso, y esa experiencia la va a poner a disposición del país". Doble mito. Por un lado, administrar una empresa no es lo mismo que conducir un país. Las empresas no tienen que dar educación a los hijos de sus trabajadores, ni garantizar la salud de las familias. Las empresas tampoco tienen que cuidar que la población en su conjunto disponga de agua y aire puro.
Por otro lado, no debemos olvidarnos que el éxito económico de las empresas de Noboa ha sido conseguido a costa de la explotación de miles de trabajadores, incluyendo niños y niñas de corta edad. Sus empresas comercializadoras, además, se han beneficiado porque Noboa no ha reconocido un precio justo al banano producido por los pequeños productores. El éxito de Noboa se ha levantado sobre la base del irrespeto a los derechos de los trabajadores.
Tercer mito: "Un posible gobierno de Noboa nos dará estabilidad". La estabilidad será para los de siempre, para los que controlan el poder económico y político del país. En cambio, para la mayoría de la población, la estabilidad seguirá estando lejana. El empleo, la alimentación y la educación no serán atendidos, Noboa simplemente seguirá entregando migajas y regalos. En su Plan de Gobierno no constan las políticas sociales ni ha pensado en utilizar de una manera más equitativa el presupuesto del Estado. Cuando la población del país, reaccione frente a esos engaños y se levante, entonces constataremos si es cierta la estabilidad que ahora nos proclaman. Noboa frenará los descontentos, como ya lo advirtió, con represión.
Cuarto mito: "Noboa permitirá el ingreso de inversión extranjera tan necesaria para el país, generando con esto empleo para la población". Es cierto que un posible gobierno de Noboa abrirá las puertas a capitales extranjeros. Sin embargo, no toda la inversión extranjera es buena y Noboa no prevé filtros. A Noboa no le importará que venga inversión extranjera con tecnologías contaminantes, inversión extranjera que no respete los derechos laborales existentes, inversión extranjera que, como ha sucedido con las empresas petroleras, se lleve la mayor parte de la riqueza sustraída en nuestro país y solo nos deje los daños ambientales y sociales.
Quinto mito: "Noboa firmará el TLC y así no nos aislaremos del mundo". Claro que Noboa firmará el TLC pero el Tratado de Libre Comercio no es ni libre ni es solo comercio. Tendrá efectos nefastos sobre los pequeños agricultores que producen los alimentos para el país, provocará que los precios de las medicinas estén fuera del alcance de la mayoría, violentará nuestras leyes, y profundizará nuestra dependencia externa. Por estas y muchas otras razones, el TLC debe ser discutido al interior del país. No nos pueden imponer el futuro. Si decidimos que no se firme, hay muchos otros países y mercados con los que podríamos relacionarnos. El TLC no es el único camino.
¡No dejemos que nos sigan mintiendo!
Segundo mito: "Es un empresario exitoso, y esa experiencia la va a poner a disposición del país". Doble mito. Por un lado, administrar una empresa no es lo mismo que conducir un país. Las empresas no tienen que dar educación a los hijos de sus trabajadores, ni garantizar la salud de las familias. Las empresas tampoco tienen que cuidar que la población en su conjunto disponga de agua y aire puro.
Por otro lado, no debemos olvidarnos que el éxito económico de las empresas de Noboa ha sido conseguido a costa de la explotación de miles de trabajadores, incluyendo niños y niñas de corta edad. Sus empresas comercializadoras, además, se han beneficiado porque Noboa no ha reconocido un precio justo al banano producido por los pequeños productores. El éxito de Noboa se ha levantado sobre la base del irrespeto a los derechos de los trabajadores.
Tercer mito: "Un posible gobierno de Noboa nos dará estabilidad". La estabilidad será para los de siempre, para los que controlan el poder económico y político del país. En cambio, para la mayoría de la población, la estabilidad seguirá estando lejana. El empleo, la alimentación y la educación no serán atendidos, Noboa simplemente seguirá entregando migajas y regalos. En su Plan de Gobierno no constan las políticas sociales ni ha pensado en utilizar de una manera más equitativa el presupuesto del Estado. Cuando la población del país, reaccione frente a esos engaños y se levante, entonces constataremos si es cierta la estabilidad que ahora nos proclaman. Noboa frenará los descontentos, como ya lo advirtió, con represión.
Cuarto mito: "Noboa permitirá el ingreso de inversión extranjera tan necesaria para el país, generando con esto empleo para la población". Es cierto que un posible gobierno de Noboa abrirá las puertas a capitales extranjeros. Sin embargo, no toda la inversión extranjera es buena y Noboa no prevé filtros. A Noboa no le importará que venga inversión extranjera con tecnologías contaminantes, inversión extranjera que no respete los derechos laborales existentes, inversión extranjera que, como ha sucedido con las empresas petroleras, se lleve la mayor parte de la riqueza sustraída en nuestro país y solo nos deje los daños ambientales y sociales.
Quinto mito: "Noboa firmará el TLC y así no nos aislaremos del mundo". Claro que Noboa firmará el TLC pero el Tratado de Libre Comercio no es ni libre ni es solo comercio. Tendrá efectos nefastos sobre los pequeños agricultores que producen los alimentos para el país, provocará que los precios de las medicinas estén fuera del alcance de la mayoría, violentará nuestras leyes, y profundizará nuestra dependencia externa. Por estas y muchas otras razones, el TLC debe ser discutido al interior del país. No nos pueden imponer el futuro. Si decidimos que no se firme, hay muchos otros países y mercados con los que podríamos relacionarnos. El TLC no es el único camino.
¡No dejemos que nos sigan mintiendo!
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