Poder concentrado
Por: Alejandro Ponce Villacís / La Hora
El Ecuador una vez más ve en riesgo su débil estructura democrática, pues hoy existe la posibilidad de que se concentre en una sola persona todos los poderes del Estado.
Los resultados electorales nos han permitido ver que el Congreso estará dominado por el un grupo de personas que representan los intereses individuales del empresario finalista en las elecciones presidenciales.
Esto constituye un serio riesgo para la democracia, pues la organización política que ha obtenido el mayor número de representantes dista mucho de ser un verdadero partido político en el que la decisiones se toman de manera democrática y según los principios que lo rigen y por el contrario todo es decidido en forma vertical de la misma manera que se lo hace en una empresa en la que todo el capital pertenece a un solo individuo.
Resulta aún mas grave si recordamos que en el pasado la misma organización política auspició el rompimiento del orden constitucional al remover arbitrariamente a la Corte Suprema de Justicia y a los Tribunales Constitucional y Supremo Electoral.
Estos hechos condujeron a la revolución de abril de 2005.
Hoy el riesgo es aún mayor, pues de llegar al poder el candidato presidencial con mayor poder económico en el país, todo el poder se concentraría en una sola persona pues no sólo tendría al Congreso bajo su mando sino también al ejecutivo, las Fuerzas Armadas y su propio poder económico y con la capacidad de controlar los otros tribunales como lo ha hecho en el pasado. Con ello, la democracia quedará confiscada a la ciudadanía.
Nuestra democracia requiere que el sistema de controles y balances opere. La compra que se pretende realizar al sistema político simplemente anularía tal posibilidad y con ello habremos vendido nuestra libertad.
El Ecuador una vez más ve en riesgo su débil estructura democrática, pues hoy existe la posibilidad de que se concentre en una sola persona todos los poderes del Estado.
Los resultados electorales nos han permitido ver que el Congreso estará dominado por el un grupo de personas que representan los intereses individuales del empresario finalista en las elecciones presidenciales.
Esto constituye un serio riesgo para la democracia, pues la organización política que ha obtenido el mayor número de representantes dista mucho de ser un verdadero partido político en el que la decisiones se toman de manera democrática y según los principios que lo rigen y por el contrario todo es decidido en forma vertical de la misma manera que se lo hace en una empresa en la que todo el capital pertenece a un solo individuo.
Resulta aún mas grave si recordamos que en el pasado la misma organización política auspició el rompimiento del orden constitucional al remover arbitrariamente a la Corte Suprema de Justicia y a los Tribunales Constitucional y Supremo Electoral.
Estos hechos condujeron a la revolución de abril de 2005.
Hoy el riesgo es aún mayor, pues de llegar al poder el candidato presidencial con mayor poder económico en el país, todo el poder se concentraría en una sola persona pues no sólo tendría al Congreso bajo su mando sino también al ejecutivo, las Fuerzas Armadas y su propio poder económico y con la capacidad de controlar los otros tribunales como lo ha hecho en el pasado. Con ello, la democracia quedará confiscada a la ciudadanía.
Nuestra democracia requiere que el sistema de controles y balances opere. La compra que se pretende realizar al sistema político simplemente anularía tal posibilidad y con ello habremos vendido nuestra libertad.
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