El Mudo Habla - Alvaro Noboa Ponton

lunes, noviembre 13, 2006

¿Hegemonía populista?

Por Fernando Bustamante Ponce / Hoy

En ciertos círculos empresariales existe la creencia de que el posible futuro Gobierno de Álvaro Noboa podría ser un régimen pro empresarial y afín a posiciones liberales amigables hacia los mercados y la libertad económica.

Tal percepción se arraiga en la propia trayectoria e identidad social del candidato y en algunas de sus propuestas económicas, que aparentan acercarse a lo que sería un proyecto empresarial en el sentido propio del término.

Sin embargo, es preciso no caer en confusiones: el hecho de que un candidato sea empresario no lo convierte automáticamente en defensor de los intereses de la empresa privada. Puede -perfectamente- convertirlo en defensor de sus propios intereses personales y de sus empresas; lo cual solo tiene una relación contingente con los intereses generales de los mercados.

Es más: un empresario que no tiene la capacidad de hacer abstracción de su interés privado y que controla poderosas posiciones políticas, pude convertirse en un peligro gigantesco para sus colegas, competidores y pares. No le será nada difícil usar las atribuciones de su cargo, para acumular inmensas ventajas privadas para sus negocios personales.

En un sistema patrimonialista como es el ecuatoriano, un Gobierno de empresarios del tipo del Sr. Noboa, puede ser el peor peligro para la propia empresa privada.

Por el contrario, lo más probable es que la putativa administración de Álvaro Noboa se constituya en la reedición de la coalición a través de la cual gobernó el país el ex presidente Lucio Gutierrez, en la fase final de su mandato. Parece muy difícil imaginar que no se pueda ni se desee formar una alianza parlamentaria (con posibles ramificaciones en el Ejecutivo) entre las principales fuerzas populistas del país: Prian, PSP y PRE, a la cual podrían sumarse algunas otras tiendas partidistas (como, incluso el socialcristianismo). Esto sería algo así como la revancha de la coalición que impuso la indecente Corte Suprema encabezada por el señor Castro Dáger y no podría esperarse de ella proceder distinto al que ya tuvo en ocasión de su efímero reinado. Es más, en las actuales circunstancias, la alianza mencionada, se encontrará a sí misma con las manos mucho más libres que en 2004-2005: posee ahora un poder parlamentario y seccional mucho mayor y más avasallante.

Si su conducta fue arbitraria entonces, -que era menos fuerte-, no es difícil imaginar cómo será su proceder ahora que tendrá menos limitaciones y menos contrapesos políticos e institucionales.

Su situación sería tan vigorosa, que es posible incluso imaginar, sin mucho esfuerzo, que una de sus primeras acciones consistiría en retomar su fallido intento anterior de asumir el control del Poder Judicial y de los organismos de fiscalización. Baste, simplemente conimaginar lo que podría hacer el Gobierno de Álvaro Noboa si logra hacerse del control del Servicio de Rentas Internas.

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