Discapacidad política

Por Orlando Pérez / Hoy

Textual: "¿cómo se puede apoyar a un candidato minusválido como Lenin Moreno, quien sería el nuevo presidente de la República si es derrocado Correa y quien en los viajes sería llevado por seis u ocho personas y ahí la gente nos critique y nos diga, ese país lleno de minusválidos?" Así piensan los prianistas. Lo dijo Segundo Carranco, concejal electo de la empresa electoral Alvaro Noboa y está publicado en el diario El Norte, de Imbabura, el último 5 de noviembre. En la misma edición señala que no estaría bien que una extranjera sea la primera dama de la Nación, si gana Rafael Correa. Todo eso se dijo en la Asamblea Provincial de esa empresa con la presencia de altos dirigentes, todos ellos convencidos de que ya son poder, gobierno y autoridad política.

Mientras se regalan sillas de ruedas ofensivamente, se cuestiona la presencia de un candidato con discapacidad; mientras se elogia que llegarán los amigos gringos de Noboa a invertir mucho dinero, no puede ser primera dama una extranjera.

Valga la ocasión de estas declaraciones para reflexionar sobre algo que sí nos debe preocupar a todos y todas: la discapacidad política de muchos de los acólitos de Noboa es enorme. Basta con saber que pueden ganar la segunda vuelta y ya muestran su calidad humana y democrática, con toda la arrogancia aprendida de su líder. Y no es gratuito: Noboa es así: intolerante, marginador, explotador laboral, entre otras cosas que ahora se denuncian, comentan, informan y circulan en la Internet. Por ejemplo, una de sus voceras y administradora de varias de sus empresas sale en los medios a tachar de cobarde al candidato de Alianza País. En su condición de mujer espera que nadie la ofenda, pero como empleada de Noboa tiene que hacerlo para garantizar su enorme sueldo y prebendas, a cambio de lealtad y complicidad absolutas.

La discapacidad política a la que nos veremos abocados si gana Noboa es la que garantizará a él tener un vicepresidente sin ninguna propuesta y a quien tampoco le dejan hablar para nada; permitirá un autoritarismo a base del chantaje porque ideas políticas y propuestas democráticas solo serán expuestas en la campaña electoral, en el gobierno serán una mentira porque de lo que se trata es gerenciar el Ecuador; facilitar hacer negocios y no discutir proyectos sociales.

El peligro latente para la democracia es el conjunto de personas y candidatos electos por el Prian que ya, sin asumir el poder, actúan despreciando a los ecuatorianos y atribuyéndose, como hace Noboa, la delegación de Dios para hacer lo que se les venga en gana. Y quienes voten nulo serán tan responsables de este pésimo rato para el país como todo lo que ya se va transparentando en la "propuesta" noboista.